Eutanasia muerte digna

Eutanasia: ¿muerte digna?

Ángela

14-7-2018

 

Resulta bastante llamativo que Pedro Sánchez, el recientemente no elegido presidente socialista español, la primera decisión que tome sea la de la legalización de la eutanasia; tanta prisa tenía que ya el 3 de mayo de 2018 (antes de la moción de censura) es registrada en el Congreso de los diputados su iniciativa para sobre la regulación de la eutanasia, para nada más llegar al poder, el 27 de junio presentar una Proposición de Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia. Su primera proposición de ley. ¿Corría tanta prisa? Alegan que un porcentaje altísimo de la población la está reclamando. ¿De verdad? ¿Dónde están las manifestaciones masivas pidiendo en la calle la eutanasia? Lo que sí he visto son manifestaciones continuas pidiendo la mejora de la sanidad.
Si no existe esa demanda, ¿por qué la primera ley del PSOE es esta? Como no han salido a explicarlo, podemos suponer que su ideología entra dentro de las ideologías eugenésicas, o que lo hacen porque mantener a los enfermos crónicos sale muy caro; sale más barata una inyección (y siempre hay gente dispuesta a ponerla) que mantener a un enfermo durante largo tiempo. Porque no hablan de enfermos terminales sin posibilidad de curación a los que los familiares les quieren ahorrar sufrimientos. Los que abogan por la eutanasia ponen siempre este ejemplo extremo diciendo que los cuidados paliativos no son suficientes, algo difícil de demostrar, por otra parte.

Los socialistas españoles quieren seguir los pasos de Bélgica, Luxemburgo, Suiza y Holanda, los únicos países europeos, por el momento, en los que la eutanasia está legalizada. En estos países esta ley ha permitido aplicar la eutanasia en casos tan tremendos como el caso en 2015 de una joven de veinte años que había sufrido abusos sexuales durante diez años (de los 5 a los 15) y que ha conseguido que se le aplique la eutanasia por ser incapaz de recuperarse de las secuelas, o eso decían los médicos. La violan durante años y como sufre tanto, la matan. Seguramente su violador ni siquiera fue a la cárcel. ¡Qué crueldad! O el de Gaby Olthuis con  tinnitus severo o hiperacusia (patología derivada de una alteración cerebral en la elaboración de los sonidos) que fue “animada” a la eutanasia. En Holanda todavía se debate el caso de esta mujer de 47 años, madre de dos niños, que el 1 de marzo de 2014 escogió el camino de la “muerte dulce”. La Comisión regional para la eutanasia ha abierto una investigación y ha pedido a la clínica Levenseindekliniek documentos que pruebe, entre otras cosas, lo que se hizo para aliviar su sufrimiento antes de decidir quitarle la vida, como por ejemplo “repetidos intentos de ayuda profesional, psiquiátrica y psicológica” (Netherlands Times, 19 de enero).  O el de Aurelia Brouwers con graves problemas mentales a la que en 2018 después de varios intentos de suicidio se le aplicó la eutanasia. Varios de estos casos eran personas que habían intentado suicidarse en algunos casos en más de una ocasión. Se salvaron para caer en manos de médicos que no son capaces de curar las enfermedades. Muerto el perro se acabó la rabia. Ya ni derecho al suicidio. Hasta la muerte la hemos dejado en manos del Estado.

A tal extremo ha llegado la aplicación de la eutanasia que se han creado asociaciones en las que los asociados llevan una tarjeta en la que dicen que no quieren que se les aplique la eutanasia por la facilidad con la que se entra en un hospital y los médicos deciden que ha llegado tu hora.En lugar de ayudar a vivir mejor, se ayuda a morir
En Holanda no es necesario ni que firmen los enfermos, ni siquiera los familiares, con que firmen dos médicos es suficiente. Están estudiando la eutanasia para personas no enfermas pero que ya no quieran vivir más. ¿Y si cambian de idea? Ya no hay retorno.
Está admitida la eutanasia infantil, ya se han producido varios casos. ¿Un niño no puede decidir sobre su propia vida, y sí puede decidir su muerte? No, son los padres y los médicos los que deciden. Todos dirán que es por el bien del niño, pero también puede ser por el bien de los padres; cuidar un enfermo es muy duro y  no todo el mundo está dispuesto a hacerlo y cada vez menos.
Recuerdo el caso de una joven actriz española que tuvo un accidente en el escenario y se quedó en silla de ruedas. La madre la paseaba por todos los platós de televisión pidiendo la eutanasia para su pobre hija que no podía soportar su situación. La hija asentía a todo lo que decía su madre. Tras un cierto tiempo no volvió a aparecer y años después leo en la prensa que esta joven se había casado y estaba feliz de la vida. Encontró un motivo para vivir. Si se le hubiera practicado la eutanasia como pedía ella y su madre, no habría tenido la oportunidad de ser feliz. Dentro de nada la eutanasia estará legalizada en toda Europa. Mejor dicho, ya se practica aunque no esté legalizada. En Francia, según el Instituto Nacional de Estudios Demográficos, cada año se practica la eutanasia, prohibida por la ley, a unas 4.600 personas, pero de esa cantidad sólo 1.100 de los pacientes la pidió, el resto fue decisión médica. ¿Puede un médico decidir la muerte de una persona?
Entre 1997 y 2004 médicos holandeses aplicaron la eutanasia a un total de 22 bebes con espina bífida, hecho que fue criticado por pediatras holandeses en un estudio en la revista Pediatrics. Se presenta la eutanasia como algo progresista cuando ya en Esparta, hace más de 2500 años los niños que nacían con deficiencias o débiles eran arrojados desde el monte Tiageto. Y los movimientos eugenésicos vieron su teoría llevada a la práctica con los nazis.
Los partidarios de la eutanasia hablan de muerte digna, ¿es que hay muertes indignas? Es más indigno morir acompañado de la familia en casa como resultado de una enfermedad que morir por la inyección aplicada por un médico? Eso sí que es indigno.
Lo llamativo de la eutanasia es que en estos momentos mucha gente considera que está bien, y dentro de muy poco tiempo será considerada como algo normal, al menos en Europa. Hemos dejado que el Estado intervenga no sólo en nuestra vida, sino en también en nuestra muerte.

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