Javier Moreno
Alma
Escarlata Molina nos envía estos fragmentos, que ella misma lee del libro de Javier Moreno, Alma (Lengua de Trapo, Madrid 2011)
Javier Moreno
Alma
Escarlata Molina nos envía estos fragmentos, que ella misma lee del libro de Javier Moreno, Alma (Lengua de Trapo, Madrid 2011)
Irina González Vakuliuk
Irina González Vakuliuk (Cuba, 1970) es licenciada en Educación en la especialidad de Logopedia del Instituto Superior Pedagógico de La Habana y máster en Logopedia Educativa de ISEP Madrid. Ha trabajado como terapeuta del lenguaje y trastornos de aprendizaje en Cuba, Argentina, Chile y España, donde reside actualmente.
Entrevista en El escritor. «Gema, entre otros», opera prima de la escritora Irina González Vakuliuk
Irina González Vakuliuk presenta «Gema, entre otros»
Editorial Círculo Rojo. Agosto, 2021
Gema, entre otros
Adela y su marido Bartolomé esperan con la ilusión la llegada de su primer hijo. El parto se complica y la niña, Gema, sufre una lesión que marcará su vida, y la de sus padres para siempre. Gema sufrirá una discapacidad que su padre difícilmente soportará, y por la que su madre sufrirá permanentemente mientras intenta que su hija sea feliz.
Gema es el centro de esta historia que transcurre en una Cuba que irá de mal en peor, desde la crisis de Mariel (entre abril y octubre de 1980 más de 125 mil cubanos salieron por el puerto de Mariel, la mayoría hacia Miami), a la ruina económica tras el derrumbe de la Unión Soviética, soporte económico de la isla, o la crisis de los balseros en 1994 cuando el entonces Presidente de Cuba, Fidel Castro, anuncia que permitiría marcharse del país a cualquier persona que así lo quisiera, provocando así la mayor crisis de balseros conocida en la historia de este continente.
Ese es el telón de fondo. En el desarrollo de la vida cotidiana vemos la situación del país. Los amigos rusos se van de Cuba, por eso sabemos que el mundo soviético se ha derrumbado y arrastrará a Cuba en su caída provocando una penuria económica cada vez mayor. En su 18 cumpleaños, Gema recibe un regalo estupendo: un trozo de tela para un vestido que le hará su madre. Pero la vida continúa y Gema y sus amigos siguen con sus vidas como pueden.
Irina vakuliuk nos permite acercarnos al dolor, pero también a las alegrías, a pesar de las circunstancias adversas de esta familia y los amigos que les rodean.
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Mi lucha
La muerte del padre
Un hombre enamorado
La isla de la infancia
Bailando en la oscuridad
Tiene que llover
Karl Ove Knausgard
(Oslo, 1968)
Ángela
12-1-2018
Sí, yo soy una de las personas que ha leído los cinco libros editados en español que componen la obra Mi lucha, de Karl Ove Knausgar, el escritor noruego al que algunos críticos ensalzan, como Jesús Fernández Úbeda que le considera “el primer mejor escritor del siglo XXI”; y al que otros no soportan, como Alberto Olmos, que se pregunta ¿Es Karl Ove Knausgard el escritor más sobrevalorado del siglo XXI? y él mismo se contesta: Sí.
Pues, ni lo uno ni lo otro. ¿El mejor escritor del siglo XXI?, no sabría decir, ni me interesa, a quien le correspondería ese título. ¿Sobrevalorado?, es posible, pero para un escritor lo que cuentan son sus lectores, y Knausgard tiene muchos.
Mi lucha la conforman una serie de libros (seis en total de los que se han traducido cinco al español) en los que Knausgar va desgranando su vida con todo lujo de detalles, desde la infancia a la edad madura. La serie comenzó a escribirla con cuarenta años, tras los éxitos alcanzados con sus dos primeras novelas, la primera de las cuales publicó a los treinta años; es una obra de madurez, en un momento en el que cualquier persona hace balance de su vida, y para hacer ese balance hay que recurrir a la memoria lo que significa recuperar de alguna manera la felicidad pero también la infelicidad, la alegría y la tristeza, el dolor, el sufrimiento, y en los libros de Knausgar hay mucho de eso.
El primer título es La muerte del padre, para mí el más interesante junto con el siguiente Un hombre enamorado.
La muerte del padre comienza, efectivamente con el entierro del padre de Karl Ove Knausgar, alcoholizado hasta caer muerto. Un tipo duro con sus hijos, profesor querido y admirado por sus alumnos, brillante, alguien de quien nadie se espera que sus hijos se aterroricen ante su presencia. Los recuerdos de una infancia de pesadilla junto con algún atisbo de felicidad cuando el padre los lleva a él y a su hermano a los fiordos a pescar, a pasear en barco, aparecen incrustados en una naturaleza de gran belleza. Con tanta minuciosidad nos detalla los momentos, las situaciones de la vida cotidiana, que es considerado por muchos el Marcel Proust de la época. La familia está formada por este padre terrible, una madre ausente, centrada en su trabajo y sus estudios a la que no se entiende por qué quiere (“ella me salvó, porque si no hubiera estado allí, yo me habría criado solo con mi padre, entonces me habría suicidado antes o después.”), y un hermano pocos años mayor que él, al que admira y adora.
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Ishiguro, Kazuo
(8 de noviembre de 1954, Nagasaki, Japón)
Los inconsolables
Es un libro muy bien escrito y muy interesante, aunque creo que esta es una opinión MUY personal. (Escarlata Molina, 18-12-2017)
Ryder, un famoso pianista, llega a una ciudad de provincias en algún lugar de Europa central. Sus habitantes adoran la música y creen haber descubierto que quienes antes satisfacían esta pasión eran impostores. Ryder es recibido como el salvador y en un concierto apoteósico, para el que todos se están preparando, deberá reconducirlos por el camino del arte y la verdad. Pero el pianista descubrirá muy pronto que de un salvador siempre se espera mucho más de lo que puede dar y que los habitantes de aquella ciudad esconden oscuras culpas, antiguas heridas jamás cerradas, y también demandas insaciables. «Los inconsolables» es una obra inclasificable, enigmática, de un discurrir fascinante, colmada de pequeñas narraciones que se adentran en el laberinto de la narración principal, en una escritura onírica y naturalista a un tiempo, y cuentan una historia de guerras del pasado, exilios y crueldades, relaciones imposibles entre padres e hijos, maridos y mujeres, ciudades y artistas. Una obra que ha hecho evocar «El hombre sin atributos» de Musil.
UN MILLÓN DE GOTAS
Editorial DESTINO, 2014
VÍCTOR DEL ÁRBOL
(Barcelona, 1968)
Ángela
1-7-2016
De vez en cuando aparece un autor con un éxito extraordinario y nunca sabes si es por una muy buena promoción o porque realmente es un buen escritor. Así es que me he decidido a leerlo y he empezado por Un millón de gotas.
Mi género preferido en el cine es el cine policiaco, de intriga. Y del cine he pasado a la novela negra, y esta es una novela negra, pero también, o sobre todo, una novela histórica, en la que los personajes se moverán en un mundo terrible.
Gonzalo Gil es un abogado mediocre siempre subordinado a su suegro, un tipo poderoso y sin escrúpulos. Esta vida anodina dará un vuelco tras el suicidio de su hermana. Este hecho trágico le hará enfrentarse a secretos bien guardados en su familia y a descubrir la verdadera personalidad de su padre considerado un revolucionario, héroe de guerra, luchador contra el franquismo. La venganza, la maldad, la cobardía, pero también el valor, el sufrimiento, el amor mantendrán unidos a unos personajes que vivirán situaciones extremas.
No puedo contar mucho del argumento ya que hablamos de una novela de intriga, pero sin descubrir el argumento, podemos situarnos en el lugar donde transcurre parte de la trama y que será fundamental en el desarrollo de la novela: Názino.
En mayo de 1933, 322 mujeres y 5.783 hombres detenidos por la policía soviética por no llevar encima sus pasaportes internos (creados por el estalinismo para controlar los movimientos de los ciudadanos entre distintas ciudades) fueron metidos en un tren hasta la ciudad de Tomsk. Cuando llegaron a esta ciudad, tras cinco días de viaje sin dejarlos salir del tren, ya había más de cien muertos. Allí los subieron en barcazas de madera y los dejaron en Názino, una isla pantanosa, prácticamente sin vegetación, con apenas un poco de harina para comer, casi sin ropa.
Sin un lugar donde guarecerse, a la intemperie, para esas miles de personas abandonadas en la isla y sin ninguna posibilidad de salir, la hambruna llegó a ser tan brutal, que incluso los hubo que empezaron a practicar el canibalismo para no morir de hambre.
En menos de un mes de las más de 6000 personas que llegaron a Názino, no quedaban más de 2000. Más de 4000 personas habían muerto; algunos fueron asesinadas por los guardias, o por los delincuentes que dominaban la isla, pero sobre todo habían muerto de …
El último mundo
Christoph Ransmayr
(Wels, Austria, 1954)
Traducción: Pilar Giralt
Editorial. Seix Barral. Biblioteca Breve. 1989. Pg 33
A la ciudad de Tomis, en el Ponto Euxino, actual Mar Negro, llega Cota un ciudadano romano en busca de un compatriota desterrado, el poeta Publio Ovidio Nasón, el autor de las Metamorfosis. Augusto gobierna en Roma, pero existen el cine y los automóviles. Es un libro complejo. Aquí tenéis un extracto muy interesante que se podría llamar «Fama y mayorías» por si os animáis a leerlo. (Mariano Bueno, 13-5-2016)
... No cabía duda, Nasón era famoso. Pero ¿qué era un poeta famoso? Nasón sólo tenía que sentarse en una taberna de las afueras, en el barrio de los artesanos, o bajo los castaños de una plaza de pueblo, entre ganaderos y aceiteros, para que nadie conociera su nombre ni hubiera oído nunca hablar de él. ¿Qué era al fin y al cabo el reducido y elegante público de la poesía frente a las ingentes masas que se desgañitaban de entusiasmo en el circo, en los estadios y en las tribunas de los hipódromos? La gloria de Nasón sólo valía donde las letras tenían algún valor y carecía de importancia donde un simple corredor de fondo conseguía una victoria en la pista de ceniza o un artista de la cuerda floja cruzaba una calle. Sólo en comparación con el susurro de la ropa de centenares de miles de súbditos que se ponían en pie cuando el emperador aparecía bajo el baldaquín, el aplauso en un teatro era un ruido modesto y ridículo.
El gato negro y el mal
Ángela
25-11-2016
Me contaba recientemente una profesora con más de treinta años de experiencia en la enseñanza de adultos, que había recomendado a sus alumnos la lectura de El gato de negro de Edgar Allan Poe, (19 de enero de 1809, Boston, Massachusetts- 7 de octubre de 1849, Baltimore), y que no les había gustado (siempre hay excepciones, claro). Sorprendida porque es un cuento que recomienda siempre, como recomienda otras obras maestras de la literatura, porque es corto, claro, sin adornos, con intriga y terror, que hasta el momento y año tras año a todos impresionaba, les preguntó cual era el motivo. Y la respuesta fue todavía más sorprendente: no les gustaba por lo que le hizo al pobre gato. ¿Al gato? ¿Y a su mujer?, pregunta ella, ¿no es terrible lo que le hizo a su mujer? Ah, sí, lo de la mujer tampoco les había gustado. Tampoco. Los comentarios fueron de mal en peor.
En El gato negro, Poe nos plantea una serie de problemas morales. De eso va el cuento.
El protagonista nos relata los cambios producidos en su personalidad que considera debidos a una fuerza “más que diabólica”, pero nos da todos los detalles en su proceso destructivo, y nosotros sacamos las conclusiones.
Se describe a sí mismo cuando era pequeño como muy sensible, tanto que sus compañeros le insultaban. Adoraba a los animales, con los que pasaba la mayor parte del tiempo. Su cariño hacia ellos no disminuyó con la edad. “Hay algo en el generoso amor de un animal que llega directamente al corazón de aquel que con frecuencia ha probado la mezquina amistad y frágil fidelidad del hombre”.
Se casó joven con una mujer que también apreciaba mucho a los animales y tuvieron pájaros, peces, perros, conejos y un gato adorable, Pluto, su predilecto. La vida apacible se termina cuando comienza a beber y según se va alcoholizando, se va convirtiendo en una persona violenta, cada vez más agresiva con sus animales, incluso con su mujer, una buena mujer, dice, que soporta estoicamente sus insultos y sus golpes. Hasta que en un acceso de ira mata a la mujer y al gato.
La primera cuestión que nos plantea Poe es la de la responsabilidad. El protagonista no se hace responsable de sus actos. Es esa fuerza maligna la que le impulsa a hacer daño a los demás. No es él. Podríamos cambiar esa fuerza oscura por la sociedad y el resultado sería el mismo: no hay responsabilidad individual. El individuo no es el responsable de sus actos, es la sociedad la que le lleva a cometer esos actos deleznables. ¿Cuántas veces hemos oído, no es culpa suya, es que tuvo una infancia muy infeliz? Da igual lo que haya hecho, no es su culpa, es de la sociedad.
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El bosque de Glas
Texto:
Mercedes Pérez Martínez
Ilustración:
Fabio Gallego Pérez
Mercedes y Fabio escribieron El Bosque de Glas para recibir a Rodrigo, el pequeño que nacería en unos meses. Su madre y su hermano quisieron regalarle algo especial y así surgió este cuento guardado en un cajón durante años a la espera, ahora que sale a la luz, de que a otros niños les guste tanto como a Rodrigo. (Ángela)
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Un hombre libre
Ángela
15-1-2016
Lo conocí hace tanto que en la distancia que dan los años creo que tendría unos 50 años, pero podría ser alguno menos, y había pasado 20 en la cárcel. No recuerdo su nombre, sólo sé que era anarquista y que había estado encerrado media vida por enfrentarse a la dictadura franquista.
Esperaba encontrarme con un hombre amargado, triste, después de una experiencia tan horrible. Pero no, era un hombre agradable, atento. Trabajaba por su cuenta como transportista con una furgoneta de segunda mano que habían podido comprar él y su mujer, creo recordar que con ayuda de la familia. Estaba feliz porque no tenía jefe, no le tenía que dar cuentas a nadie. Le encantaba ir con su furgoneta para acá y para allá escuchando Radio Clásica. Y a los Rolling Stone a los que descubrió en la cárcel; no sabía ni que existían. Siempre la música, era su pasión. También llevaba una nevera con hielo para enfriar el agua y los zumos. No bebía alcohol, como muchos de los viejos anarquistas que he conocido. Había alguno que ni siquiera soportaba ver una botella de vino en la mesa, pero en general no llegaban a tanto. Simplemente ellos no bebían.
Y tenía un sentido del humor tranquilo, sereno. Se sonreía al contar que a su hija Acracia, las monjas del colegio le habían cambiado el nombre, la llamaban Engracia.
Estaba ante un hombre que había entregado su vida no por defenderse a sí mismo, ni por dinero, ni por fama. Había sacrificado su vida y la de su familia por defender los derechos de todos. Porque no sólo había sufrido él. Me imagino a la joven madre sola, con una niña de meses, trabajando para sacar a su hija adelante, esperando 20 años para ver libre al hombre con el que había pretendido hacer una vida. Mejor dicho, intento imaginármelo.
Llevo varios días acordándome de la tarde pasada con este hombre, viendo a tantos jóvenes y algunos no tanto, que creen que están haciendo la revolución cuando su mayor acto revolucionario es votar a determinado partido. Eso sí, también
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Los renglones torcidos de Dios
Torcuato Luca de Tena
(9 de junio de 1923 – 1 de junio de 1999, Madrid)
PLANETA, 2014
Francisco Javier Pérez García, Estudiante de medicina y pianista, de Erasmus por las tierras frías de Rumanía, desde donde nos envía un fragmento sobre este libro y nos anima a leerlo.
Hace poco terminé de leer uno de los libros que más me ha impresionado de todos los que he leído, y me ha parecido buena idea compartir con todos vosotros un comentario acerca de él. La obra en cuestión es «Los renglones torcidos de Dios», de Torcuato Luca de Tena.
En él se narra la historia de una mujer que ingresa en un psiquiátrico, pero las circunstancias en que lo hace y la causa prefiero que las descubráis por vosotros mismos, si os animáis a leerlo (no es muy largo).
El libro en sí está muy trabajado, y lo que se describe acerca del psiquiátrico y sus pacientes parece tan real porque, de hecho, el autor residió en uno para documentarse bien por un tiempo, ¡y vaya que si lo hizo!
Es también un verdadero tratado acerca de la relativa maleabilidad de la conciencia humana, por lo que a mí, que me encanta la neurología, me resultó especialmente interesante.
Os dejo uno de los fragmentos que más me gustó del libro. Trata acerca de la naturaleza de las artes según la protagonista. (Francisco Javier Pérez García, 14-01-2016)
-¿Qué piensa usted de las artes?
-El arte es la ciencia de lo inútil.
-¿Quiere decir que desprecia a las artes, que las considera algo trivial, y a quienes las practican gentes desocupadas que no tienen otra cosa mejor que hacer?
-¡Nada de eso, doctor! ¡Considero que el arte es tanto más sublime como mayor es su inutilidad!
-Explíquese mejor.
-El hombre es el único animal que se crea necesidades que nada tienen que ver con la subsistencia del individuo y con la reproducción de la especie. No le basta comer para alimentarse, sino que condimenta los alimentos, de modo que añadan placer a la satisfacción de su necesidad. No le basta vestirse para abrigarse, sino que añade, a esta función tan elemental, la exigencia de confeccionar su ropa con determinadas formas y colores. No se contenta con cobijarse, sino que construye edificios con líneas armoniosas y caprichosas que exceden de su necesidad. ¿Hay algo más inútil que la corbata que lleva usted puesta? Pues bien todo eso que está inútilmente añadido a la pura necesidad…. ¡ya es arte! La gastronomía, la llamada hoy ‘alta costura’ y la decoración son las primeras artes creadas por nuestra especie, porque representan los excesos inútiles añadidos a las necesidades primarias de comer, abrigarse y guarecerse.-
-Prosiga, me tiene absolutamente fascinado…
…
Torcuato Luca de Tena-Los renglones torcidos de DiosLeer más »