El pico-beso

El pico-beso

Ángela

25-8-2023

Tras un partido de fútbol excelente, las jugadoras españolas (por cierto, ni una banderita mostraron las jugadoras, muy curioso), ganaron al copa del mundo de fútbol. En casa comentábamos la sobreactuación del imbécil de Rubiales felicitando de forma exagerada a las jóvenes. Una actuación bochornosa hasta el ridículo. No vi el beso hasta el día siguiente, que me pareció tan bochornoso como esos abrazos exagerados al resto de las jugadoras. Rubiales quería ser el protagonista, y vaya si lo fue. Su actuación le va a costar perder el chollo de los más de 600.000 euros (parece que hasta un millón con otros ingresos) que se lleva el pollo sin cabeza anualmente. A Rubiales le ha pasado como a cualquier mafioso que se precie. A Al Capone lo metieron en la cárcel, no por los asesinatos que cometió y los que ordenó cometer, ni por los chantajes; fue a la cárcel por no pagar a Hacienda. Pues eso. Rubiales, metido en asuntos turbios desde que fue elegido presidente de la Federación, va a salir trasquilado por un “pico” como dice él. ¡Anda que no han tenido motivos para expulsar a este tío de cualquier cargo!, los han tenido de todos los colores, pero no han querido hacerlo. Habría que saber por qué. Las mafias (cualquier mafia) funcionan porque los gobiernos (cualquier gobierno) lo permiten. Si el Estado no quiere, la mafia no dura ni cuatro días.

Si esa es la vara de medir, me parece que no es el único que debería perder su contrato millonario y su poder. Recuerdo el bochorno y la vergüenza ajena que sentí cuando Yolanda Díaz, la ministra del extraño prestigio (como diría Rosa Belmonte), abrazaba de manera grotesca a Lula, presidente de Brasil, al que no soltaba, y eso que el tipo la empujaba de todas las maneras posibles, incluso con ayuda de una mujer de su equipo. Algunos periódicos titularon la escena como “el abrazo entrañable” de la ministra al Presidente. Y no es la única vez, la ministra tiene por costumbre agarrar la cara del contrario y soltarle biquiños hasta que consiguen zafarse de sus largas uñas. Y no es fácil. Esta no suelta la presa hasta que todos los periodistas tienen la foto de su gesto “entrañable”. Si un beso en la boca es agresión sexual, ¿agarrar la cara de un tipo y besarle en la mejilla o en las comisura de los labios, ya no lo es? ¿Eso no es acoso? La ministra del extraño prestigio pide la dimisión de Rubiales. Yo pido también la suya.

Hasta la prensa internacional se ha hecho eco del beso-pico. Los mismos canales de televisión nacionales e internacionales que ahora claman contra el impresentable de Rubiales, no han sacado ni una sola imagen del asqueroso de Joe Biden sobando a niñas en numerosas ocasiones. Algunos digitales han sacado el vídeo que anda por las redes con imágenes vergonzosas de este viejo verde. No han sido una ni dos las veces en las que este tipo, presidente nada menos que de EEUU, manoseaba a niñas delante de todo el mundo, incluidos los padres de las niñas. Y todos le han reído las gracias. ¡Qué asco!

 

Lo mismo pasa con el beso que el Dalai Lama, ese tipo venerado por tantos, que le da un beso en la boca a un niño y los adultos presentes tan felices, riendo ante el atrevimiento del otro viejo verde. Repugnante.

 

Lo de Rubiales es de vergüenza ajena, y espero que lo echen. Su lamentable actuación ha dejado en segundo plano la merecidísima victoria del equipo español, como si ganar el campeonato mundial de fútbol se consiguiera todos los días.

El beso también ha dejado en segundo plano las negociaciones entre el gobierno de Sánchez y los independentistas catalanes y vascos. Negociaciones secretas, que no discretas, entre el gobierno y los partidos que dicen que quieren la independencia, pero en realidad, lo que quieren es que les paguemos hasta el papel del wáter. Nos van a costar muchos millones de euros sus apoyos a todos y cada uno de los españoles. ¡Qué bien les ha venido “el pico” para tenernos entretenidos mientras ellos negocian a nuestras espaldas!

Compártelo!

Deja un comentario

Scroll al inicio