El día de la mujer
Ángela
10-3-2017
Hace unos días se ha celebrado el día de la mujer, antes llamado de la mujer trabajadora. Me llegaron, supongo que a todo el mundo, tal cantidad de wasap (sí, ya sé que se escribe WhatsApp, que para eso soy mujer, pero tiene demasiadas consonantes) con las cosas que somos capaces de hacer las mujeres que todavía le estoy dando vueltas al asunto. Yo no sabía que fuera ni tan lista, ni tan guapa, ni tan valiente, ni resistente, ni tan tan tan todo. Porque según esos wasap, las mujeres somos seres excepcionales. Claro, que hace unos años me regaló su libro un canadiense que había hecho un estudio de mil páginas en el que llegaba a la conclusión de que la mujer zurda salvará el mundo. Y yo soy mujer y zurda. Eso ya es la perfección.
Esa es la parte exagerada, que de pura exageración es hasta gracioso; pero también está la parte chunga: que si los hombres no tienen lo que hay que tener, que si no saben hacer nada, cuando nosotras podemos hacer no sé cuantas cosas a la vez. Yo en esto si que no me reconozco. Lo único que puedo hacer la vez que plancho, que paseo, que conduzco, que me ducho… es cantar. Pero eso no tiene mérito, yo canto siempre.
Esta avalancha de mensajes positivos para la mujer y negativos para el hombre me llevan a escribir (por cierto, cuando escribo, no canto) lo siguiente:
Hay mujeres ladronas, y hombres ladrones.
Mujeres simpáticas y hombres simpáticos
Mujeres antipáticas y hombres antipáticos
Mujeres guapas y hombres guapísimos; y feas y feos, y gordos y gordas, y altas y altos.
Madres que cuidan de sus hijos, y padres que cuidan de sus hijos.
Pero también madres que matan a sus hijos y hombres que matan a sus hijos. Incluso los hay que se ponen de acuerdo para matarlos, como los hijos de puta que mataron a la niña Asunta Basterra. Espero que no salgan jamás de la cárcel.
Hijas que abandonan a sus padres e hijos que abandonan a sus padres. Todos ellos serán abandonados por sus hijos.
Hay jóvenes y jóvenas que maltratan a sus padres. Muchos imbéciles e imbécilas, que lo máximo que aportan al mundo son gilipollleces y gilipollezas como esas.
Niños que insultan y pegan a otros niños, y niñas que hacen otro tanto.
Hay muchas mujeres médicos y muchos hombres médicos.
Hay muchos hombres albañiles y puede que alguna mujer albañil.
Hay mujeres dirigentes y muchos hombres dirigentes.
Hay mujeres que matan a sus maridos y muchos más hombres que matan a sus mujeres. También espero que jamás salgan de la cárcel, ni unos ni otras.
Hay psicólogos hombres y mujeres (logo=conocimiento); psiquiatras hombres y mujeres (¿si la mujer es psícóloga el hombre es psiquiatro?
En fin, que de todo hay en la viña del Señor.
Y yo no me siento representada por ninguna de esas mujeres ladronas, asesinas, antipáticas, groseras. No, no me representan, ni quiero que me representen. No tengo nada que ver con ellas.
Reivindico el derecho al trabajo para hombres y mujeres. Y el mismo salario a igual trabajo. Y buenas condiciones de trabajo para todos. Y el mismo trato en caso de separación. Una justicia igual para todos.
Porque somos hombre y mujeres los que convivimos en este mundo desigual, y entre todos, hombres y mujeres, tendremos que conseguir un mundo mejor.
Si queda algún día libre en el año, que lo dudo, propongo el día de la buena gente. Por suerte somos más. Al menos hasta ahora.