Carmen Martín Gaite
(8 de diciembre de 1925-Salamanca-23 de julio de 2000, Madrid)
Cuando conocí a Carmen Martín Gaite (Calila para sus amigos) ya era una mujer mayor, o quizás su melena blanca le hacía parecer mayor de lo que era. Me pareció una mujer alegre, o quizás es que esa tarde estaba cantarina. Me llamó la atención su manera de vestir, su falda larga, su boina. Y esa manera de hablar, quizás ampulosa, con una dicción perfecta, enviadiable. Una grandísima escritora de la que me gustan especialmente sus novelas Entre visillos, Retahílas, El cuarto de atrás, Lo raro es vivir. En esta ocasión he seleccionado un poema; espero que os guste y que os anime a leer su obra.(Ángela, 2-5-2016)
Pídeme que esté alegre
Aún me entra cielo azul
y lo miro en mis charcos
reflejado a jirones.
Pídeme que esté alegre.
Si tú me lo pidieras,
en un caballo blanco subiría,
en un caballo bravo y montaraz.
Pídeme que esté alegre.
Y correré a ponerme
atavíos de fiesta,
abriré las cien puertas de mi casa
y saldré entre piruetas
y saltos de través
aturdida de sol,
y a las verdes palomas
daré migas de pan.
Pídeme que esté alegre.
En un caballo blanco correría,
en un caballo loco y montaraz,
si tú me lo pidieras.