Reinaldo Arenas

Ángela

15-9-2023

¿Qué tiene la poesía?

¿Sabe el poeta cuando se pone a escribir que nos va a emocionar?, ¿busca las palabras sabiendo que nos van a doler?, ¿crea las imágenes sabiendo que nos van a hacer llorar? O reír. O enojarnos. Desconozco el proceso por el cual un hombre, una mujer, se sientan en la soledad de su casa y lo que escriben lo sentimos como propio. Sus sentimientos son los nuestros, o todo lo contrario a los nuestros, pero en ambos casos nos hacen reflexionar sobre la vida, la muerte, el amor…sobre lo fundamental del hombre.

Después de 10 años publicando poemas, muchos de ellos desconocidos para mí, sigo sin comprender cómo eso que escribe el poeta me puede emocionar tanto.

El poema con el que comenzó esta página, mi poema preferido (es un decir), Amor constante más allá de la muerte, es un maravilloso poema de Quevedo, pero sus últimos versos, me conmueven siempre que lo leo:

su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrán sentido.
Polvo serán, mas polvo enamorado.

 

Pocas veces he sentido tan profundamente la soledad, como con el poema de Félix Francisco Casanova A veces, cuando la noche me aprisiona. Si la soledad siempre pesa, ver a un joven, casi un niño, tan solo, duele. Los dos últimos versos, conclusión de los anteriores, me hacen llorar


Y cuando el hielo de la soledad
me ha desvenado, los barrenderos moros
canturrean tristemente
y las estrellas ocupan su lugar,
yo acaricio el teléfono
y le susurro sin usar monedas.

 

Soledad tan profunda como la de Luis Rosales en Porque todo es igual y tú lo sabes. En este fragmento de la llegada a la casa nos lo imaginamos encogido, …

Compártelo!

Reinaldo Arenas

(Aguas Claras, Oriente, Cuba, 16 de julio de 1943 – Nueva York, Estados Unidos, 7 de diciembre de 1990)

arenas

 

 

 

 

 

 

 

De modo que Cervantes era manco

De modo que Cervantes era manco;

sordo, Beethoven; Villon, ladrón;

Góngora de tan loco andaba en zanco.

¿Y Proust? Desde luego, maricón.

Negrero, sí, fue Don Nicolás Tanco,

y Virginia se suprimió de un zambullón,

Lautrémont murió aterido en algún banco.

Ay de mí, también Shakespeare era maricón.

También Leonardo y Federico García,

Whitman, Miguel Ángel y Petronio,

Gide, Genet y Visconti, las fatales.

Ésta es, señores, la breve biografía

(¡vaya, olvidé mencionar a san Antonio!)

de quienes son del arte sólidos puntales.

(La Habana, 1971)

Compártelo!
Scroll al inicio