Breve tratado sobre la estupidez humana

Ricardo Moreno Castillo

Prólogo de Francesc de Carreras

Fórcola Ediciones, 2018

 

Ángela

29-11-2018

 

TratadoestupidezUna mujer dedicada a la política dice en la radio “tenemos que interlocutar”, con lo fácil que es decir tenemos que hablar. Esta mujer  no conoce lo que dijo Michel de Montaigne y que Ricardo Moreno Castillo trae a colación en su libro Breve tratado sobre la estupidez humana: “Nadie está libre de decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis”. Ese afán por maltratar el lenguaje para disimular la vaciedad de pensamiento es una de las características del tonto a tiempo completo y los ejemplos de este tipo son tantos que se están convirtiendo en epidemia: portavoza, soluciones habitacionales, que dijo la otra, miembras…

Esta y otros tipos de tontería son los que ha reunido y sistematizado Ricardo Moreno en su interesante libro. Con inteligencia y con humor nos explica qué son los tontos y por qué debemos enfrentarnos a ellos. Porque son peligrosos, más que los malos. Con los malos se puede razonar, con los tontos, nunca. Una persona inteligente puede cambiar de ideas, de hecho cambia de ideas a lo largo de la vida, porque la vida cambia. El tonto no. El tonto coge la linde, la linde se acaba y el tonto sigue.

El texto de la contraportada del libro nos lo explica muy bien: “A la estupidez, que no conoce límites, solo cabe combatirla, por muy desigual que resulte la lucha y mucha sea la pereza que nos venza. Es preciso sacudírsela permanentemente para no tener que deplorar males mayores, porque es más dañina que la maldad. Este breve tratado sobre la estupidez humana va dirigido contra los idiotas, tontos y necios que nos rodean, y contra las ideologías que contribuyen poderosamente cada día a incrementar sus filas y fomentar la estupidez: son jaulas de las que no se puede salir, que impiden pensar, discurrir, dudar y razonar. Los inteligentes tienen ideas, cambian de ideas, incluso argumentan por qué cambian de criterio; los tontos, en cambio, se esconden tras una ideología y así, cómodamente, resuelven su carencia de ideas propias. En eso consiste lo que hoy se denomina políticamente correcto: sostener lo que dice todo el mundo para no crearse problemas con los demás. La estupidez es amnésica, y propicia lo intelectualmente fácil, lo personalmente cómodo, lo socialmente inútil”…

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