Unión Europea: divide y vencerás
Ángela
21-7-2017
Que la oligarquía catalana y vasca quieran independizarse de España, lo entiende cualquiera: quieren su parte dentro del reino de taifas. Dominan la economía de la región y tienen el poder político, pero quieren gobernar para su propio interés sin que nadie los controle. Lo que puede parecer sorprendente es que la izquierda también lo quiera. Esa identificación de intereses entre la izquierda y lo más siniestro de la sociedad es ilógica aparentemente. ¿Es ignorancia? Por supuesto que en la mayoría sí, pero no en la minoría dirigente. Si apoyan la independencia es por interés. Porque el odio a España, inducido por los independentistas, no es suficiente para querer resquebrajar un país. Y porque España no es el único país que según los poderosos mundialistas tienen que partirse en mil trozos. Porque de eso se trata: cortar en trozos los países para que las organizaciones supranacionales, que pretenden tener todo el poder en sus manos, lo tengan más fácil. Divide y vencerás es su máxima.
Sirva de ejemplo lo que decía en 1992 Alfred Heineken, presidente de la Corporación Heineken la segunda cervecera del mundo, y la tercera marca holandesa de más valor, detrás de Shell y Unilever, y por delante de Philips e ING, y miembro del Club 1001, organización que aboga por el crecimiento cero de la población dirigida por Felipe de Edimburgo, inmediatamente después de la firma del Tratado de Maastricht, que suponía la cesión de espacios reales de soberanía de las naciones europeas: «Propongo una Europa de 75 Estados Unidos con una población entre cinco y 10 millones de habitantes». Esta idea la desarrolla en el manifiesto Eurotopía que Heineken firmaba conjuntamente con los historiadores holandeses Henk Wesseling y Wim van den Doel, profesores de la Universidad de Leiden. Además de estos colaboradores, Heineken reconoce una “deuda espiritual” con Cyril Northcote Parkinson que en 1987 había escrito en la revista Regional Contact que las naciones son “demasiado grandes y demasiado poderosas” por lo que hay que “dividir las naciones grandes hasta que las partes sean lo suficientemente pequeñas para ser seguras” (cuando dice seguras quiere decir fáciles de someter), y que deben ser sustituidas “reviviendo los principados más antiguos y pequeños como Borgoña, Normandía, Picardía, Navarra”.
Mapa de Eurotopía
Esta idea fue recogida en 1994 por Francesco Speroni de la ultraderechista Liga Norte. Speroni hacía prácticamente la misma propuesta de Heineken para dividir Italia en diez regiones. Claro que la respuesta del presidente italiano a Bossi cuando pretendía declarar la independencia de la Padania fue “en 24 horas te mando el ejército”, y ahí se acabó el tema.
Otro claro ejemplo es España. La derecha más rancia, la de las “doscientas familias” en Cataluña y la de misa diaria del País Vasco llevan años buscando la independencia. Esas …