Carta de una rica a Carmena
Ángela
12-7-2019
Querida Carmena:
¡Cuánto siento que te hayas ido! Te escribo estas líneas para darte las gracias por todo lo que has hecho por mí. ¡Qué pena, con lo bien que me iba contigo! Has cambiado mi vida. Vivía, se puede decir, exiliada en La Moraleja, hasta que tú decidiste eliminar de un plumazo los obstáculos que me impedían disfrutar de Madrid. Con lo que a mí me gusta salir de compras, ir al teatro, a comer con las amigas, pasear por la Gran Vía, y no me quedó más remedio que irme a vivir a La Moraleja, lo más cercano a un cementerio que conozco. Bueno, hay cementerios muchos más divertidos que La Moraleja. ¡Qué soledad! Sólo podía salir con mi chófer, con lo que a mí me gusta la libertad (teniendo en cuenta que lo paga mi ex, imagínate. Aunque le sale barato: chófer e informante por el mismo precio). Enclaustrada llevo más de 20 años. La ciudad se había convertido en un infierno con tanta contaminación, tanto ruido de coches, con lo ecologista que soy yo y amante de la vida sana. Y llegaste tú, tan comunista, arropada por esos niños tan monos (Errejón me encanta, qué pijo tan bien educado), y en un plis plas todo arreglado.
Según te escribo, levanto la cabeza y desde la terraza de mi ático veo esta magnífica ciudad con sus tejados rojos, las cúpulas que sobresalen por encima de los edificios, su cielo azul. Imponente. Y abajo la gente paseando por esas grandes aceras sorteando a los manteros, que le dan ese punto tan exótico, vendiendo bolsos. Algunos he comprado, que como soy rica todos piensan que son de verdad. Es lo que mejor que tiene ser rica: haces lo que te da la gana. Y me ahorro un montón de pasta porque nadie duda de que sean de verdad, y aunque alguna se dé cuenta no dicen nada porque vete tú saber los que han comprado ellas.
Y cuando cojo el coche ¡qué gozada! Ni un atasco. Sólo necesito al chófer cuando tengo que ir a algún punto alejado de la ciudad. Por el centro me muevo con mi híbrido y voy a donde me da la gana. Y me da la gana ir muchas veces a casa de mi fisio con el que tengo una relación “muy íntima”. Mi ex debe de estar rabiando. ¡Ay! Perdona que no quiero aburrirte con mis interioridades. Retomo el tema. Aparco donde quiero ¡qué maravilla! También me …