UN MILLÓN DE GOTAS
Editorial DESTINO, 2014
VÍCTOR DEL ÁRBOL
(Barcelona, 1968)
Ángela
1-7-2016
De vez en cuando aparece un autor con un éxito extraordinario y nunca sabes si es por una muy buena promoción o porque realmente es un buen escritor. Así es que me he decidido a leerlo y he empezado por Un millón de gotas.
Mi género preferido en el cine es el cine policiaco, de intriga. Y del cine he pasado a la novela negra, y esta es una novela negra, pero también, o sobre todo, una novela histórica, en la que los personajes se moverán en un mundo terrible.
Gonzalo Gil es un abogado mediocre siempre subordinado a su suegro, un tipo poderoso y sin escrúpulos. Esta vida anodina dará un vuelco tras el suicidio de su hermana. Este hecho trágico le hará enfrentarse a secretos bien guardados en su familia y a descubrir la verdadera personalidad de su padre considerado un revolucionario, héroe de guerra, luchador contra el franquismo. La venganza, la maldad, la cobardía, pero también el valor, el sufrimiento, el amor mantendrán unidos a unos personajes que vivirán situaciones extremas.
No puedo contar mucho del argumento ya que hablamos de una novela de intriga, pero sin descubrir el argumento, podemos situarnos en el lugar donde transcurre parte de la trama y que será fundamental en el desarrollo de la novela: Názino.
En mayo de 1933, 322 mujeres y 5.783 hombres detenidos por la policía soviética por no llevar encima sus pasaportes internos (creados por el estalinismo para controlar los movimientos de los ciudadanos entre distintas ciudades) fueron metidos en un tren hasta la ciudad de Tomsk. Cuando llegaron a esta ciudad, tras cinco días de viaje sin dejarlos salir del tren, ya había más de cien muertos. Allí los subieron en barcazas de madera y los dejaron en Názino, una isla pantanosa, prácticamente sin vegetación, con apenas un poco de harina para comer, casi sin ropa.
Sin un lugar donde guarecerse, a la intemperie, para esas miles de personas abandonadas en la isla y sin ninguna posibilidad de salir, la hambruna llegó a ser tan brutal, que incluso los hubo que empezaron a practicar el canibalismo para no morir de hambre.
En menos de un mes de las más de 6000 personas que llegaron a Názino, no quedaban más de 2000. Más de 4000 personas habían muerto; algunos fueron asesinadas por los guardias, o por los delincuentes que dominaban la isla, pero sobre todo habían muerto de …