Miriam Villares
TU LLANTO A BOCA ABIERTA
Tu llanto a boca abierta
y girasol decapitado
y aceite de sangre derramándose por las paredes de piedra
o cayendo en la tripa en horizontal, como semilla ahogada,
te rodea el hogar de metal y cuerda de esparto
o trenzadas las caricias para golpearte más fuerte.
Tu cuerpo,
lleno de nudos y pieles secas.
Salen ojos, uñas, dientes,
hablan arañazos en la pared,
en el suelo,
en la semilla,
y el silencio se queda aún en suspenso
mientras la piedra intenta respirar
encerrada como un saco de
huesos y sangre.