Pedrito: el niño que quería ser rey
Ángela
17-9-21
Cuando era pequeñito y le preguntaban, como a todos los niños, qué quería ser de mayor, Pedrito siempre repetía lo mismo: todavía no lo sé. Pero lo sabía, sabía que quería ser rey, pero no quería que nadie lo supiera, no por miedo a que se rieran de él, eso no le importaba nada, no tenía ningún sentido del ridículo, sino por miedo a que alguien le copiara la idea.
Con diecisiete años comenzó a preparar su plan. Era un estudiante normalito y corrientito; sus padres podían pagarle los mejores colegios. Se lo podían permitir. Era una familia muy acomodada. Su padre era un alto cargo del Ministerio de Cultura. Pero Pedrito quería ser mucho más que eso. Se afilió al partido y comenzó su carrera al Olimpo. Estudió empresariales, una carrera que correspondía a su destino (también podría haber estudiado derecho: pinto pinto gorgorito y le salió empresariales).
En ese tiempo de formación se buscó la novia apropiada. Le daba igual que fuera más o menos guapa (de hecho eligió la menos), lo importante era que quisiera ser reina y mira por donde, encontró a su reina consorte en el ambiente más inesperado, teniendo en cuenta su entorno familiar, porque el dueño de una sauna gay no es el consuegro más cercano al director de un centro cultural nacional. Su suegro era un tipo muy bien informado. De hecho, a algún policía de esos de las cloacas le grabaron una conversación con otro policía en la que decía haber puesto cámaras y micrófonos en una de las saunas para espiar a un tipo sin control judicial, pero con el consentimiento del suegro de Pedrito ¿Puede una cámara grabar sólo a una persona concreta? Parece un poco difícil.
Se puede uno imaginar las comidas de los domingos en casa de los suegros ¡Qué sobremesas más entretenidas! El suegro, graciosísimo, contando chascarrillos sobre sus clientes ¡Qué chanzas, qué burlas, qué jolgorio! “Ese del partido de la oposición, ahí donde lo tienes, tan chulito, la tiene pequeña”… “Y ese de tu partido, el que se cree tan listo, más pequeña todavía”… “Y ese gran empresario, ¡si su mujer supiera dónde la mete se quedaría muerta!, y ese periodista, ese juez… Porque Pedrito se casó con la hija del dueño de “saunas” gays en 2006 y éste no las cerró hasta 2012. Seis años, más los años de novios, son muchos años de conversaciones suegro-yerno. Aunque, a lo mejor, sólo hablaban de fútbol y toros.
Pedrito ya era Pedro y con su carrera terminada siguió medrando en el partido. Trabajar lo que se dice trabajar, trabajó poco. Ni tenía necesidad (para eso tenía unos padres con posibles), ni tiempo. Todo su tiempo era para el partido. Con 26 años lo colocaron como asesor de un político en el Parlamento Europeo. ¿Asesor de qué con 26 años? De risa. Como no tenía un curriculum que presentar, necesitaba un buen expediente académico, y como no tenía tiempo, y a lo mejor tampoco capacidad, plagió una tesis con la que consiguió el doctorado. Lo del plagio quedó en nada, que a un …